Los polos se descongelaron. Los continentes lucen como islas. Las mujeres dejaron de procrear y ocupan los puestos de poder mundial. Extinsionistas y Continuistas debaten, al borde la guerra civil, si los hombres deberían engendrar o desaparecer de la faz de la tierra. ¿Tiene sentido que la especie humana busque nuevas formas de existencia? Martín, desorientado y cansado, es inseminado por su mujer en un momento de debilidad. Un óvulo congelado en una jeringa entra por el orificio de su pene y se aloja en el útero que –a base de adaptación de la especie y suministro de estrógenos– se ha hecho lugar en su pelvis. El feto crece y a los tres meses la criatura nace por parto peneano. A causa de su estado, Martín pierde el trabajo de un día para el otro. Pero además es dejado por su mujer y debe afrontar las presiones sociales de un mundo siempre a punto de estallar.
Utilizando su identidad virtual conoce a Greta en el Nit, y comienza una relación amorosa durante el embarazo. Todo parece volver al equilibrio cuando un decreto del Estado desata una guerra campal. Los embarazados son llamados a presentarse voluntariamente ante la autoridad y luego son perseguidos por el Estado y recluidos en una clínica donde sus hijos nacen y le son arrebatados, a la espera de una decisión mayoritaria de las mujeres en el poder.
Novela tragicómica, ciencia ficción y trama de género en disputa, Estrógenos podría imaginarse como una saga futurista de pura acción perturbadora y apasionante final.
